1915-1916

 

       Entre 1915 y 1916, esta dinámica alcanzó su punto más álgido con la lucha entre las facciones de Francisco Villa y Emiliano Zapata contra el gobierno de Venustiano Carranza. Mientras Villa encabezaba la División del Norte, operando en la frontera con Estados Unidos, Zapata lideraba el Ejército Libertador del Sur, con un fuerte arraigo campesino y una ideología agraria. Este periodo estuvo marcado por la consolidación del poder carrancista, los reveses militares de Villa y la resistencia zapatista en Morelos.

        Francisco Villa fue uno de los caudillos más destacados de la Revolución Mexicana, pero su poder sufrió un declive significativo en 1915 y 1916. En abril de 1915, su ejército, la División del Norte, intentó tomar Celaya, Guanajuato, en una ofensiva contra las fuerzas de Álvaro Obregón. Sin embargo, la superioridad táctica y el uso de ametralladoras por parte de Obregón provocaron la derrota villista, con miles de bajas y la desmoralización de sus tropas (Katz, 1998).

       A medida que Villa sufría derrotas militares, Carranza logró consolidarse como líder legítimo de México. En octubre de 1915, Estados Unidos reconoció oficialmente a Carranza como jefe del gobierno, lo que debilitó aún más a Villa al privarlo del acceso a suministros y armamento. En respuesta, Villa atacó a Columbus, Nuevo México, el 9 de marzo de 1916, en un intento de represalia contra los estadounidenses. Esta acción provocó la intervención militar de Estados Unidos, que envió la Expedición Punitiva, liderada por el general John J. Pershing, con el objetivo de capturar a Villa.

Cartel de "se busca" de Villa.

       Mientras Villa enfrentaba la ofensiva de Carranza y la intervención estadounidense, Emiliano Zapata mantuvo su lucha en Morelos, donde defendía los principios del Plan de Ayala. La estrategia de Zapata en 1915 se centró en consolidar la autonomía de las comunidades campesinas y resistir la ofensiva carrancista. Sin embargo, a finales de ese año, el gobierno de Carranza intensificó su campaña contra los zapatistas, invadiendo Morelos en 1916.

       Las fuerzas carrancistas aplicaron una política de tierra arrasada, destruyendo cultivos y comunidades aliadas de Zapata. A pesar de esta presión, los zapatistas recurrieron a tácticas de guerrilla, evitando enfrentamientos directos y utilizando el conocimiento del terreno a su favor. Aunque Morelos se convirtió en un campo de batalla, Zapata logró mantener su resistencia y siguió promoviendo la reforma agraria. Entre 1915 y 1916, la dinámica del caudillismo en México cambió significativamente. Carranza consolidó su poder, mientras que los líderes revolucionarios regionales, como Villa y Zapata, vieron reducida su influencia. Villa perdió el respaldo internacional y sufrió una serie de derrotas militares que lo relegaron a la resistencia guerrillera. Por su parte, Zapata continuó su lucha, pero con un margen de maniobra cada vez más reducido.

       Este periodo también evidencia la fragilidad de los liderazgos personalistas en contextos de guerra. Mientras Villa dependía de su carisma y de la lealtad de sus tropas, su falta de estrategia política lo llevó al aislamiento. Zapata, aunque más sólido ideológicamente, no pudo extender su influencia más allá de Morelos

 



 

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